Ofelia De Lorenzo: “Aspiro a que llegue el día en que no sea una excepción el que una mujer dirija un despacho, lidere una asociación o sea la cabeza de una Facultad de Derecho”

Ofelia De Lorenzo lleva muchos años ejerciendo la abogacía y es referente en el campo del derecho sanitario. Para ella, “una de las disciplinas más apasionantes que hay en el mundo del derecho” porque supone la fusión “entre la ley, la ciencia y el humanismo”. La sección ‘Medicina Violeta’ entrevista a Ofelia De Lorenzo, actual presidenta de la Asociación de Derecho Sanitario, donde cuenta como ha sido su experiencia en un sector donde históricamente han predominado los hombres y donde mujeres como ella se abren camino poco a poco: “Aspiro a que llegue el día en que no sea una excepción el que una mujer dirija un despacho, lidere una asociación o sea la cabeza de una Facultad de Derecho”.

¿Qué le motivó a especializarse en Derecho Sanitario?

El Derecho Sanitario siempre ha estado muy presente desde mi infancia en mi familia. En primer lugar, con la figura de mi abuelo Antonio De Lorenzo y después, por supuesto, con la de mi padre y mentor, Ricardo De Lorenzo, con quien tengo la fortuna y privilegio de seguir trabajando codo con codo y de quien sigo aprendiendo a diario.

Me siento muy afortunada porque junto a mi hermano, somos la tercera generación de nuestra familia dedicada a las leyes y su aplicación en el mundo sanitario.

Pero, también, partiendo de una formación con un componente internacional importante, siempre me ha interesado profundamente la realidad asistencial sanitaria, con las complejidades que ello genera y los asuntos en los que el derecho puede ayudar a la mejor relación médico-paciente.

¿Qué supone dirigir la Asociación de Derecho Sanitario?

Lo describiría con dos palabras: un reto y un orgullo. Y van intrínsecamente unidas una y otra: el orgullo, por lo que supone dirigir una institución tan importante como esta, por ser la primera mujer en hacerlo, y por la confianza que han trasladado los socios a nuestra junta directiva. Y el reto, porque el trabajo realizado hasta ahora ha sido mayúsculo, porque se han logrado grandes avances en los últimos años, pero nos enfrentamos a un futuro en el que tanto la Sanidad como el Derecho han de evolucionar a grandísima velocidad ante los retos que están ya aquí, como son la digitalización, el tratamiento de datos y la implantación de los modelos de inteligencia artificial, además de los desafíos permanentes en materia de bioética.

¿Qué objetivos y principales líneas de trabajo se ha marcado en esta nueva etapa?

La Asociación Española de Derecho Sanitario siempre ha estado pendiente de cuantos asuntos de interés se suscitan en el terreno del Derecho Sanitario y, particularmente, de cuantas novedades se producen en los terrenos normativo y jurisprudencial; tanto en los espacios nacional como internacional. No es algo nuevo y las principales líneas de trabajo y objetivos se han ido forjando a lo largo de estos años.

En primer lugar, destacaría el mantener la excelencia y calidad científica del programa de nuestro Congreso anual de Derecho Sanitario, que este año se celebra los días 16 y 17 de noviembre en Madrid. Uno de los principales rasgos del Congreso, en consonancia con su importante papel investigador y formativo, es el de generar una oportunidad para que todos los abogados y profesionales sanitarios involucrados en el derecho sanitario de toda España e Iberoamérica, nos podamos reunir e intercambiar tanto conocimientos como vivencias, aprendiendo los unos de los otros para mejorar tanto a nivel profesional como personal.

En segundo lugar, promocionar estudios, investigaciones y publicaciones, como es el caso de nuestro Premio Nacional de Derecho Sanitario, relacionados con cualesquiera aspectos técnicos del Derecho Sanitario a través de conferencias, cursos, seminarios y reuniones de trabajo, tanto para sus asociados como para terceros.

Igualmente, colaborar con cuantas instituciones estén interesadas en difundir esta especialidad, como, por ejemplo, con la Universidad Camilo Jose Cela, con nuestro Master Universitario en Derecho Sanitario, que va ya por su undécima edición.

Tal vez como objetivo a resaltar para esta nueva etapa sería el de fortalecer la excelente relación de comunicación y colaboración con las distintas Administraciones Públicas, brindándoles nuestra ayuda en el estudio de normas en proyecto y emisión de informes técnico-jurídicos en el proceso de elaboración de disposiciones de carácter general.

En definitiva, sin duda, hacer avanzar a la Asociación en particular y al Derecho Sanitario en general a la misma velocidad que ese futuro tan retador que se nos plantea que mencionaba anteriormente.

¿Cuáles consideran que son los principales desafíos legales que enfrenta el sector de la salud en la actualidad?

La aplicación práctica de la tecnología digital está transformando el sector salud hacia un enfoque mucho más integral, por encima de avances meramente tecnológicos.

La pandemia, además, ha provocado una aceleración de lo anterior, lo que, desde el punto de vista de los pacientes, ha supuesto un cambio de paradigma sobre la necesidad no solo de curar una patología una vez que se ha manifestado, sino de incidir cada vez más en la prevención. Y, por otro lado, en términos de usabilidad y gestión de la propia salud, tras la pandemia hay una mayor exigencia a disponer cuándo, dónde y cómo se precise de atención sanitaria personalizada.

Con la creciente adopción de la tecnología en el ámbito del Derecho Sanitario surge la necesidad de examinar la ética y responsabilidad en su uso.

En la actualidad, en el ámbito de la salud digital tenemos en muchas ocasiones que acudir normas deontológicas o al derecho comparado, es decir, contamos con un vacío normativo al que necesariamente habría que darle solución.

Además de la necesidad de actualizar la normativa sanitaria de la que disponemos, como por ejemplo el Estatuto Marco, la Ley de Autonomía del Paciente o la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias, entre otras, también considero prioritario contar con una Ley de Salud Digital que regule fenómenos como la inteligencia artificial, la robótica o el big data, entre otros.

Deberíamos contar con una normativa que garantice que las tecnologías utilizadas en el ámbito de la salud deban ser seguras y confiables, siempre desde un enfoque en la transparencia y la responsabilidad en la toma de decisiones al utilizar tecnologías de inteligencia artificial y aprendizaje automático en el campo sanitario.

Otro de los desafíos a los que se enfrenta el sector de la salud en la actualidad es dar respuesta a la creciente litigiosidad que existe en materia de responsabilidad profesional sanitaria.

 Soy una firme defensora de la introducción de los MASC (métodos adecuados de solución de conflictos), por ejemplo, negociación o mediación, como soluciones alternativas a la judicialización de los conflictos en materia sanitaria. En mi experiencia, identificar y reconocer los errores, crear y revisar protocolos para evitar que se repitan esos errores, pedir disculpas por los mismos, ofreciendo soluciones indemnizatorias cuando proceda, es una actitud que no solo refuerza y mejora la relación médico-paciente, sino que también disminuye el coste emocional y legal tanto a los pacientes como a nuestros sanitarios.

Estamos pendientes de que se apruebe la Ley de Medidas de Eficiencia Procesal del Servicio de Público de Justica, la cual supondría un factor de cambio dentro de nuestro sector sanitario, pero también debería recuperarse la idea de aprobar un baremo sanitario que otorgue seguridad y unifique los criterios indemnizatorios en materia de responsabilidad profesional sanitaria.

¿Cómo ve la evolución del Derecho Sanitario en el futuro y cuál podría ser su impacto en la sociedad?

El Derecho Sanitario constituye una rama muy viva y en expansión dentro de nuestro ordenamiento jurídico, porque está muy conectado con los avances científicos y tecnológicos, y también porque, necesariamente, debe dar respuestas a los cambios en la estructura poblacional, y en la forma de abordar la organización de la gestión asistencial.

La investigación biomédica, la e-salud, el envejecimiento demográfico, el fenómeno de las enfermedades crónicas, los medicamentos biológicos, y la coordinación de los servicios sociales y sanitarios, están abriendo nuevas áreas de actuación que reclaman respuestas por parte de los poderes públicos y desde luego una actualización de nuestra normativa sanitaria.

De otra parte, la complejidad de las instituciones y organismos sanitarios, hace necesario velar por la protección de la privacidad y de los derechos individuales.

Hay pues un amplio repertorio de materias relacionadas con la asistencia sanitaria, pero a ellas hay que añadir otras singularmente sensibles como son las relacionadas con la salud pública. La prevención de enfermedades, la promoción de hábitos saludables, la vacunación, la protección medio ambiental, son otros tantos temas en los que el Derecho Sanitario está presente.

Como mujer en un puesto de liderazgo en el campo del Derecho, ¿qué consejos daría a otras mujeres que aspiran a roles similares?

Puedo asegurar, sin posibilidad alguna de equivocarme, que trabajo en una de las disciplinas más apasionantes que hay en el mundo del derecho, que es el derecho sanitario. Esa fusión entre la ley, la ciencia y el humanismo se dan en pocas disciplinas; y en el caso concreto del derecho sanitario, con el añadido de que está en permanente transformación y exige una actualización constante.

En mi opinión, la clave está en la pasión, en disfrutar de lo que haces. Al ser una disciplina viva, es tremendamente exigente y te obliga a estar permanentemente actualizándote. En la parte técnica, con la permanente adaptación y adecuación de la legislación a las necesidades que van surgiendo de la evolución de la práctica sanitaria. Y en la parte científica, viviendo muy cerca de los profesionales sanitarios, hablando con ellos, entendiéndoles, siendo consciente de cómo es su día a día y los desafíos a los que se enfrentan, para así trabajar con ellos codo con codo en sus necesidades.

Más que un consejo, sería una recomendación: ama con pasión tu trabajo. Estudia, fórmate y conoce de primera mano la realidad sanitaria, para así conseguir la confianza de tus clientes.

También resulta absolutamente esencial el equipo y las personas de las que te rodeas.

Pongo el ejemplo de la nueva junta directiva de la Asociación Española de Derecho Sanitario: se ha creado un equipo multidisciplinar potentísimo, con figuras que vienen del mundo de la universidad, la empresa, los colegios profesionales, etc; donde tenemos tanto hombres como mujeres, pero todos ellos con un bagaje de conocimiento absolutamente extraordinario, que ofrecen plenas garantías de conocimiento y capacidad para afrontar no solo la realidad actual del derecho sanitario, sino todas las novedades que nos depara el futuro más inmediato.

¿Cómo ha sido su experiencia en un sector donde históricamente predominan los hombres, y cómo ha superado posibles desafíos?

Es cierto que el Derecho es un sector tradicionalmente masculino, pero en esa conjunción con el mundo sanitario, donde la inclusión de las mujeres ha crecido exponencialmente en las últimas décadas, creo que me ha ayudado a superar muchos de los desafíos que a priori pudieran darse.

Sin duda, entre todos, hemos de asegurarnos de que se dan las condiciones que permitan que cualquier profesional, hombre o mujer tenga las mismas oportunidades de brillar y triunfar en su carrera. Aspiro a que llegue el día en que no sea una excepción el que una mujer dirija un despacho, lidere una asociación o sea la cabeza de una Facultad de Derecho.

En todo caso, soy una firme defensora de la meritocracia, del trabajo y del esfuerzo. Considero que un buen profesional, a la hora de enfrentarse a su trabajo, ha de ser eso, profesional, y emplear sus mejores armas en la ejecución de sus tareas. Sí por ser mujer, dominas una serie de habilidades como la empatía o la sensibilidad, fantástico; pero a su vez, te exigirá un mayor esfuerzo en otras áreas que en principio pudieran ser inherentes a los hombres. En todo caso, y como mencionaba anteriormente, creo en la cohesión de los grupos de trabajo, bien desde la práctica jurídica, bien en la defensa de clientes; y eso, más allá de que estén compuestos por hombres y mujeres, exige esfuerzo, dedicación, flexibilidad y espíritu de equipo.

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