La responsabilidad médica
como un fenómeno que trasciende a la opinión pública, que sale del
quehacer cotidiano del médico en los hospitales del Seguro Social y es
tratado con todo el calor, la pasión y los intereses de los medios de
comunicación ve la luz a partir de 1982.
Como en todos los países,
hay un caso relevante que marca el punto de partida y que será recordado
en los anales judiciales y de la medicina por generaciones.
Se trató de un médico,
profesor universitario, quien tuvo la poca fortuna de delegar en un acto
quirúrgico la extracción de la vena safena de una joven, que era bella
excepto por sus piernas, a un residente poco ducho, que extrajo la arteria
femoral con las consabidas y catastróficas complicaciones para esta
mujer.
Desde esa fecha a la actual
las denuncias por aparente “impericia o mala práctica médica” no
dejan de aumentar; el problema es bien conocido en el ámbito médico,
incluyendo las instituciones empleadoras de galenos, sindicatos médicos y
el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica.
DESARROLLO
DE LA MEDICINA SOCIALIZADA EN COSTA RICA
Costa Rica ha avanzado
vertiginosamente en los últimos cincuenta años en el campo de la salud,
desde la creación de la Seguridad Social. Su creador el doctor Rafael
Ángel Calderón Guardia, expresidente de la República, plasmó esta idea
que trajo de Bélgica y Francia (donde cursó sus estudios de Medicina).
Importantes logros nos
colocan entre los primeros países del mundo en calidad de vida al nacer,
una expectativa de vida de 76 años para la mujer y 74 años para el
hombre, y una mortalidad infantil cercana al 12 por mil nacimientos.
Todo este avance se ha dado
en el marco de una Medicina Socializada, inspirada en el noble principio
de la Solidaridad y hoy cubre a más del 98% de la población, la cual
sobrepasa los cuatro millones de habitantes, incluyendo un diez por ciento
de migrantes.
Esta encomiable labor del
Estado Costarricense respetuoso del principio constitucional del derecho
de todos sus habitantes, ha encontrado eco en una población habituada
cada día más a una mejor calidad de vida, donde el aspecto salud es de
vital importancia.
FACTORES QUE
INCIDEN EN LA GÉNESIS DEL AUMENTO DE DENUNCIAS PARA MALA PRÁCTICA
MÉDICA
Muchos factores están
incidiendo en el aumento de las denuncias por mala práctica médica en
Costa Rica, y no son los mismos que fueron identificados hace veinte
años.
El panorama y la evolución
de la Medicina durante este tiempo ha cambiado radicalmente, con la
aparición de nuevas enfermedades, la invasión de la tecnología médica,
y el poco crecimiento de la infraestructura y equipamiento de hospitales,
etc.
El factor más importante sigue
siendo la mala relación médico-paciente.
Muchos pacientes siguen aquejando una falta de información de parte de
los médicos. En otras ocasiones la involucrada es la institución
prestadora de los servicios médicos, el Seguro Social, que no sabe dar
una respuesta clara y oportuna a las quejas de los usuarios.
El médico de nuestro
tiempo se caracteriza por la poca inclinación e interés de comunicarse
con el paciente, y hacerlo partícipe de decisiones que atañen su salud o
la de sus familiares. Algunos aducen que la información no es parte del
acto médico dentro de la medicina socializada, el caso de los cirujanos
es patente.
Este tipo de medicina
paternalista, vertical, que convierte al paciente en un mero número,
tiene sus días contados.
En enero de 1997 fue aprobado por la
Caja Costarricense de Seguro Social el Reglamento
de los Derechos y Deberes de los Usuarios.
Este reglamento viene a
plantear un verdadero paradigma en la medicina en la Seguridad Social.
Los cambios más
importantes a corto plazo se darán precisamente en el campo de la información
y el consentimiento, un usuario con una cierta dosis de autonomía
en la decisiones que conciernen su salud y lo que todos queremos y
anhelamos: un médico con más sensibilidad humana, más cercano al
paciente y haciendo uso racional de los avances que le ofrece la Ciencia
Médica.
Esta falta de información
es probable que sea el detonante en más del noventa por ciento de las
denuncias.
En no pocos casos, el
médico forense tiene que trasladarse, a solicitud de la autoridad
judicial- a un centro médico con el fin de determinar si existe mala
práctica médica en la atención de un usuario o bien el mismo es enviado
a la Clínica Médico Forense en postoperatorios recientes, situaciones
que evidencian la pésima comunicación entre médicos- usuarios e
institución.
En otros, el usuario es
enviado a la Clínica Médico forense en postoperatorios recientes,
situaciones que evidencian la pésima comunicación entre médicos-
usuarios e institución.
El médico forense no puede
convertirse en un fiscalizador de los médicos tratantes hospitalarios.
Esta situación crea un clima de tensión entre ambos profesionales que
nada beneficia las relaciones armoniosas y de respeto que deben existir
entre ambos. Ni qué decir de la pérdida de confianza entre paciente y
médico tratante cuando este último se percata de que hay una cusación
en su contra.
En estas circunstancias y
al tenor del Código de Ética y Moral Médica del Colegio de Médicos y
Cirujanos de Costa Rica, el médico taatante puede dejar de serlo y
delegar el paciente a otro colega.
LOS
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
La “mediatización” de
la problemática médica, especialmente en relación con la mala práctica
médica y en aquellos casos donde la responsabilidad de la institución es
puesta en evidencia, alcanza todos los matices, desde las comunicaciones
serias a aquellas donde el amarillismo periodístico no es más que el
medio (el fin todos lo conocemos).
A este respecto siempre me
gusta traer a colación una cita de Alejo Charpentier:
“Vivimos en época de
melodramas que, gracias a la prensa, a los medios de comunicación de
masas, a la rapidez y universalidad de la información, cobran en este
siglo, unas proporciones que jamás habrían alcanzado en el siglo pasado-
en caso de haberse producido.”
Algunas comunicaciones
serias informan sobre la mala práctica médica, cómo prevenir haciendo
uso racional de los servicios médicos, a cuáles instancias judiciales
recurrir ante una falta médica, y la función de la Defensoría de los
Habitantes ante esta problemática.
Otras informan de los
últimos avances y progresos de la medicina, crean entre los usuarios el
sentimiento de infabilidad. Las ciencia médica, las complicaciones y la
muerte son situaciones hoy nada agradables, cuando la misma prensa informa
de operaciones realizadas a largas distancias utilizando la robótica.
En todo caso, lo sustancial
que observamos los médicos forenses es que ante la mediatización
de un caso de mala práctica médica, aparecen diez o veinte
denuncias más, saturando los servicios médicos legales. Los denunciantes
comienzan a poseer una cierta cultura médica que los médicos haríamos
bien en no despreciar.
INTERÉS
ECONÓMICO
Hace veinte años casi que
se puede afirmar que no había gran interés económico, detrás de cada
demanda por mala práctica médica. Los usuarios lo que solicitaban era
información sobre las complicaciones del acto médico, aparte de que eran
pocos los abogados con experiencia en estos casos, con el agravante de que
no asesoraban bien a la víctima.
Hoy la situación ha
cambiado radicalmente, en algunos casos de mala práctica médica se han
pagado sumas millonarias de colones y esto tienta a muchos usuarios.
Sigue existiendo poca
cantidad de abogados expertos en esta materia, pero hay muchos abogados
inexpertos e interesados en plantear demandas sin fundamento, quienes
crean falsas expectativas en sus clientes.
Debo decir que he
observado, aunque sean pocos, casos de mala práctica médica, que se han
resuelto sin “disparar un tiro”, es decir el usuario se ha dado por
satisfecho luego de las excusas del médico involucrado y aquí sí, con
la ayuda de un excelente abogado.
MASIFICACIÓN
DE LA ENSEÑANZA DE LA MEDICINA
Hace veinte años existían
en Costa Rica dos escuelas de medicina, una pública y una privada. Hoy
hay nueve escuelas privadas de medicina y se mantiene la universidad
pública.
Se espera que en poco más
de tres años el número de médicos se duplique, pasando de una cifra
cercana a los seis a diez mil o más.
La libertad de enseñanza
es un Principio Constitucional del cual muchos inescrupulosos hacen
beneficio y la situación es particularmente grave en medicina y derecho.
El país no cuenta con suficientes profesores para tantos estudiantes y
las mismas universidades no tienen hospitales propios y deben utilizar los
centros hospitalarios públicos.
Graves fallas han sido
detectadas en los planes de estudio. La formación académica y ética no
es la adecuada para un joven médico, en un siglo que requiere de médicos
mejor preparados para enfrentar todos los dilemas médicos- éticos y
legales que le plantea la profesión.
Habrá un detrimento en la calidad
de la atención médica que reciben los usuarios, ya se percibe no
solamente el desempleo médico sino también algo aún más grave como es
el intrusismo médico.
En esta situación
encontramos médicos generales y cirujanos que habiendo realizado cursos
cortos usualmente en el extranjero invaden el campo de los especialistas.
Esta situación la observamos principalmente en Cirugía Estética donde
no pocos pacientes han sido gravemente lesionados.
CAJA
COSTARRICENSE DE SEGURO SOCIAL
La responsabilidad de la
institución ha sido puesta en evidencia en innumerables casos, por
ejemplo: infraestructura y equipamientos inadecuados, máquinas en mal
estado, falta de especialistas en zonas rurales, así como las que pueden
encuadrarse en el mal funcionamiento de un
servicio hospitalario.
No se trata solamente de
casos aislados, la situación se dio en la contaminación con el
virus HIV a hemofílicos y a otras personas y más recientemente
en 1996, la sobreirradición de más de ciento treinta y
cinco usuarios por mala calibración de una bomba de cobalto.
En veinte años y con todo
el esplendor de las demandas por mala práctica médica, poco es lo que la
institución invierte en la prevención de la mala práctica médica,
cuando los mismos médicos se quejan de que la buena práctica
médica está seriamente comprometida entre otros por: compromisos
de gestión hospitalaria, saturación de las consultas de especialistas,
infraestructura y equipos inadecuados, largas filas de espera en cirugía
electiva, etc.
Probablemente las dos
medidas más sustanciales que se han dado en los últimos cinco años sean
la creación del Reglamento de los Derechos y Deberes de los
Usuarios en 1997 y el Reglamento del Uso Correcto del
Expediente Clínico en agosto de 1999, y cuyos frutos no veremos a
mediano plazo.
En estos momentos hay un
proyecto de Ley en la Asamblea Legislativa, que pretende elevar a rango de
Ley los Derechos de los Usuarios, con carácter universal para
instituciones públicas y privadas prestadoras de servicios en salud.
CONCLUSIONES:
La sociedad costarricense
se beneficia de una Medicina socializada, inspirada en el noble principio
de la Solidaridad desde hace más de cincuenta años, y que aporta a la
población los mejores índices de salud de Latinoamérica.
Es lógico pensar que con
los avances crecientes de la Medicina y su divulgación a la población,
el usuario demande más satisfacción en los cuidados médicos que recibe.
La muerte ha dejado de ser
un proceso natural o accidental, a un proceso donde el médico tiene que
dar explicaciones claras y entendibles para el usuario o los familiares
sobre las complicaciones de un procedimiento quirúrgico.
Este nuevo paradigma en la
relación médico paciente, representa todo un reto para el médico
actual, acostumbrado por siglos a una relación de tipo vertical.
A la luz del “Reglamento
de los Derechos y Deberes de los Usuarios” de la Caja Costarricense de
Seguro Social, y de los tiempos que vivimos, esta concepción paternalista
tendrá que dar lugar a una relación de respeto del usuario como ser
humano, de su dignidad y del principio de autonomía.