25 AÑOS DEL CONGRESO NACIONAL DE DERECHO SANITARIO

Es difícil encontrar un referente más significativo, en algún sector, que lo que supone para el Derecho Sanitario en nuestro país y en Iberoamérica, Ricardo De Lorenzo y Montero. Parece que, en esta disciplina, todo acaba y comienza con él.

Tuve lo oportunidad de conocerle cuando puse en marcha la empresa para la realización de informes periciales de responsabilidad profesional médica y valoración del daño corporal, Profesionales de la Medicina y el Derecho (Promede), allá por el año 2001. Más que tener la oportunidad, era tal su predicamento por aquel entonces, que me vi casi en la obligación de presentarle el proyecto para obtener su beneplácito y su consentimiento. Lo mío, con él, en esa época, desde que hacía la residencia en la Clínica Puerta de Hierro y estudiaba Derecho a finales de los noventa, era casi una admiración que se acompañaba de un máximo respeto y rozaba, casi rayaba, una veneración por lo que representaba en un subsector en el que yo empezaba, que entendía que estaba por hacer y que en consonancia con mi optimismo habitual, me apasionaba. Hoy el respeto se mantiene intacto, me une con él una fraternal amistad y la admiración ha ido in crescendo, porque en estos 20 años no sólo sigue siendo autoridad absoluta en los temas relacionados con la legislación sanitaria, no sólo ha hecho escuela y gran parte de los abogados que se dedican a esta han salido de su despacho –con desigual respuesta en grados de la lealtad que se supone se le debe al maestro–, sino que además ha tenido la visión desde el punto de vista empresarial, de no conformarse y, a través de sus hijos, consolidar áreas en las que ya era el referente –relacionados con los temas laborales y de responsabilidad profesional– y crear otras nuevas vinculadas a la innovación, las nuevas tecnologías y la LOPD.

Tuvo sus primeros éxitos en el mundo laboral sanitario, consiguiendo el reconocimiento judicial, con poco más de 30 años, que se pagara a los profesionales las guardias, las cuales antes de eso no se cobraban. A partir de ahí fue la referencia para cientos de médicos que acudían a buscar sus servicios cuando tenían cualquier problema legal relacionado con su profesión, obteniendo su gratitud a través de un puesto como Académico Correspondiente en la Real Academia de Medicina en el año 2002. Actualmente no hay institución oficial del sector sanitario que se precie que no le tenga como abogado consultor, o asesor legal, o forme parte de sus diferentes consejos.

Pero sin duda alguna, donde su influencia, notoriedad y su representatividad alcanzan su máximo esplendor, es desde la Asociación Española de Derecho Sanitario, donde es Presidente y factótum absoluto desde sus comienzos, y en su reflejo, desde hace 25 años, en el Congreso Nacional de Derecho Sanitario. Con el objetivo de acercar posturas y favorecer el entendimiento entre la profesión médica y el Derecho han pasado por sus mesas las más altas instancias del mundo judicial, de la profesión médica y de la política relacionada con este campo, siendo así mismo una referencia para las Asociaciones de Derecho Sanitario de Iberoamérica y otros países. Desde que yo participo en el evento, hace ya 17 ediciones, no ha habido un año en el que no estén las aulas del Colegio de Médicos de Madrid repletas de gente de toda España, ni que tras el estresante trabajo que supone su organización y puesta en marcha se haya uno ido a casa con un sabor agridulce; al contrario, cada año parece que se supera a sí mismo, tanto por que está siempre a la última con respecto a los temas que afectan a las profesiones sanitarias, como por la importancia de las personalidades que participan en él.

Este 25 aniversario, siguiendo la línea de los anteriores, el Congreso reúne a lo más granado del mundo judicial, empezando por la Conferencia Magistral en el acto inaugural a cargo del Excelentísimo Presidente del Tribunal Constitucional y se abordarán temas tan de actualidad como el tratamiento de los elementos homeopáticos, el análisis de la eutanasia en España y en la Unión Europea, o la necesidad de un marco regulatorio para la Medicina Personalizada de Precisión y otros tan disruptivos como la gestión del Big data genómico, o una mesa sobre la investigación en Derecho Sanitario.

Cuando me recibió hace casi 20 años para presentarle entonces mi proyecto de empresa pericial, me atendió con toda la estima e interés que necesite. Estuvimos toda una tarde discutiendo sobre los pros y los contras de la iniciativa y a pesar de que la idea podía ir en contra de los intereses directos del despacho de abogados de los médicos por excelencia, no tuvo reparos en apoyarme y estar a mi lado desde entonces.

Este Congreso es muy especial para todos los que formamos parte de la Asociación y tenemos relación con Ricardo. Todos somos conocedores de los esfuerzos y desvelos que de forma incansable le han llevado a que sea un éxito continuo los últimos 25 años. Supone una continua lección de rigor y compromiso para con los demás y con la sociedad para los que venimos detrás en el tiempo.

Juan Abarca Cidón, vicepresidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario

Acceda al artículo en redaccionmedica.com