Juristas y médicos señalaron que la gestación por sustitución «afecta a la dignidad y autonomía de la mujer» e incide en derechos como la intimidad o igualdad. Según se puso de manifiesto en la mesa de clausura de la XXIV edición del Congreso Nacional de Derecho Sanitario, que estuvo dirigida y moderada por el Dr. Serafín Romero, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC).
En la sexta mesa redonda del congreso, organizado por la Asociación Española de Derecho Sanitario, que el jurista Ricardo De Lorenzo preside, también participaron el Dr. José Manuel Bajo Arenas, catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Autónoma de Madrid; el Dr. Pedro Hidalgo, presidente del Colegio de Médicos de Badajoz; María Dolores Márquez de Prado, exfiscal de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo; y Federico de Montalvo, vicepresidente del Comité de Bioética de España.
El presidente de la OMC, Dr. Serafín Romero, destacó que «se trata de un asunto de genera gran controversia en el entorno de la bioetica» y subrayó que la elección de los miembros de la mesa se ajustaba a los diferentes entornos de enfoque del tema a tratar: aspectos jurídicos, sanitarios y sociales que influyen en todo lo que se refiere a la maternidad subrogada. El Dr. Romero explicó que la profesión médica está debatiendo en la actualidad la gestación por sustitución y «pronto va a tener que definirse» sobre una práctica «que por un lado está prohibida, pero por otro se permite».
En primer lugar, el Dr. Bajo Arenas analizó las indicaciones que deben darse para llevar a cabo esta práctica que pasa por la ausencia congénita de útero, la ausencia del mismo por extirpación, malformaciones uterinas, enfermedades graves que contraindican la gestación, tratamientos con fármacos que impiden el desarrollo del embarazo o situaciones sociales. Además, expuso que la gestante debe firmar el consentimiento informado de los riesgos del embarazo y parto y que es sometida a un control durante los meses, además de poseer una salud contrastada.
El Dr. Pedro Hidalgo comentó que se trata de un tema del que «opina cualquiera como si fuera dogma de fe, cuando la realidad indica que no es fácil abordar una práctica que afecta a la salud y al Derecho» y puso de manifiesto que «no es lo mismo derecho y deseo de querer tener un hijo, porque afecta a los derechos del menor» y lamentó que actualmente la gestación por sustitución depende de la legislación de cada país, sin consenso alguno.
«La mal llamada maternidad subrogada tiene componentes ideológicos, políticos, legislativos, religiosos y económicos y genera un debate que, dada la velocidad con la que avanza la sociedad, mañana será antiguo», aseguró. En este punto, recordó las palabras de la Dra. María Castellano sobre este tema al afirmar que «está en juego es la dignidad de la mujer y no puede ser lícito un procedimiento en el que participa, poniendo al servicio de otros, a cambio de dinero, su capacidad biológica para llevar durante nueve meses en su seno, a un nuevo ser».
El presidente del Colegio de Médicos de Badajoz comentó «la gestación por sustitución afecta a derechos como la libertad y la dignidad, supone la pérdida de autonomía de la mujer, conlleva la mercantilización de la maternidad y exige el éxito del producto».
Por su parte, María Dolores Márquez de Prado, exfiscal de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo, detalló que en 2016, frente a los 800 adopciones que hubo en España, surgieron 1.000 inscripciones de casos de gestación por sustitución y matizó que, en ocasiones, los criterios del Registro Civil y de los tribunales han cambiado y han llegado a entrar en contradicción sobre el registro de los recién nacidos a través de esta práctica, pero «lo que ha de prevalecer es el interés del menor, que en ningún caso debe quedar desprotegido». En este momento, la jurisprudencia del Tribunal Supremo marca que la persona de la pareja que haya aportado el material reproductor puede solicitar la filiación y el otro miembro pueda solicitar la adopción.
Federico de Montalvo analizó el informe elaborado por el Comité de Bioética de España sobre este asunto que pedía la prohibición de la maternidad subrogada, así como perseguir estas prácticas en el extranjero y a las agencias de contratación. El texto exige «promover a nivel internacional un marco común regulatorio que prohíba la celebración de contratos de gestación, en garantía de la dignidad de la mujer y del niño», ya que, a su juicio, ya sea con carácter altruista o lucrativo, «entraña una explotación de la mujer y un daño a los intereses superiores del menor y, por tanto, no puede aceptarse por principio».
La entidad elaboró a iniciativa propia el informe, que contó con un voto particular, sobre los aspectos éticos y jurídicos de la maternidad subrogada, dada la preocupación que suscitaba a sus miembros «el debate presente en la opinión pública y en algunas instituciones sobre la conveniencia de regular o, al menos, dotar de legalidad, a los contratos de maternidad subrogada».
El vicepresidente del Comité de Bioética de España incidió en que «la dignidad conecta con la autonomía» y reconoció que «el debate social está cambiando y cuanto más se analice, se encontrará antes la misma conclusión, porque nunca antes habían ido tan de la mano progresistas y conservadores», como con este asunto.
Clausura del Congreso Nacional de Derecho Sanitario
El Dr. Romero fue el encargado de clausurar el XXIV Congreso Nacional de Derecho Sanitario y señaló que esta mesa supuso un broche de oro final para la «cita jurídico-sanitaria por excelencia, que supone el encuentro del Derecho con todo el sector sanitario, ámbitos que están impregnados de humanismo en su actividad». El presidente de la OMC concluyó que «no es posible iniciar ningún curso sanitario, sin el Congreso de Derecho Sanitario, liderado por Ricardo De Lorenzo, que cuenta con el respaldo de la profesión sanitaria». El próximo año será la vigésima quinta edición de esta cita, algo que según el Dr. Romero «serán unas bodas de plata recordadas, porque entre todos contribuiremos a que se conviertan en el gran referente de las generaciones venideras».